Tengo Hambre…
Con el cascarón entre mis manos puedo rehacer tu silueta…
Hace ya varios minutos que no lograba recordarte y finalmente supe dónde fue que no comenzamos y después nos desconocimos.
¡Sabe bien… creo!
Te encontré dentro de un todo, tirado en la calle, disfrutando de un verano en que me congelaba. Casi adivinando que te buscaba accediste a cada una de mis incongruencias habituales, rutinarias, predecibles, tanto, que hubieran abismado al más flexible de los todos. Sin embargo accediste. Etéreo, incongruente, difuso, inconsistente e insípido como tú sólo. Nos esfumábamos de tanto respirar el aire del otro. Sin acceder a ningún pacto, claro está, porque en estos días… NO SE TRANSA. ¡Ya vendrán tiempos mejores!
Este no es un tiempo bueno, no señor. Es tiempo de abstinencia y de silencio. Es tiempo de mentir, de omitir (que es casi lo mismo), tiempo de perderse entre los otros y ser como los suyos, los tuyos, los míos, aquéllos y los demases. Tiempo de no reconocerse porque a la larga será el único camino a reencontrarse y así, allí cuando te encuentres, me contarás qué hallaste y en qué te convertiste, si eres concreto y perduras o si permaneces eterno en el aire...
Aunque te advierto de antemano, hermano, no te busques en otro todo, porque si llegases a encontrarte y decidieses que otro todo te contuviese, podrías morir de una sobredosis y aunque no sea a mi lado que mueras, te extrañaré porque al fin y al cabo serás una gran pérdida (de la que sólo yo me daré cuenta).
Quédate ahí donde estas mejor, no vaya a ser que me acostumbre y me encierre en nada nuevamente.
No sé cómo sabe en realidad. También miento para agradar, sin embargo creo que debe ser bueno, porque llena el vacío de mi medio. La verdad que hace harto que me rehusaba a comer otra cosa que no fuera ésto. Sin embargo al borde de morir de inanición me doy cuenta que no hay muerte más estúpida que no comer cuando se tiene qué.
Huevos fritos, nuestro plato al desayuno, almuerzo y cena. Cada festividad me sorprendiste con uno. Te regalé huevos fritos en tu cumpleaños y de sorpresa para navidad. Los comimos en año nuevo y para tu despedida sin saber que se trataba de una.
Es extraña la sensación del quiebre, después de todo. Del cascarón, digo. Yo nunca la sentí hasta ahora. Debe haber sido difícil para ti vivir con ella en las manos.
Ahora entiendo por qué no tocabas nada,
Ahora entiendo qué amaba después de todo…
Amé puras preposiciones: Siempre hubo as, hacias, bajos, cones , contras, des ( muchos des ), desde y un centenar de segunes . Paras y por, sobretodo. Incluso algunos sines, hacias y hastas… pero eran los menos.
Creía que éso era, sin embargo ahora comprendo de qué se trataba.
Se trataba de verbos… que jamás seríamos. "Cualquier cosa menos verbos", te oí decir una vez y sin comprender entonce era feliz.
Respiro, el aire es más liviano aquí. Debe ser por su cercanía con el techo. Debo buscar un lugar donde el cielo deje de bajar. Quizás un lago. Un lago con peces amistosos. Que no te miren con cara de pescado, sentenciosos, siempre conscientes.
Que sean como alguien sin atrás y sin delante.
Alguien que no tiene más que un par de huevos fritos que extrañar…
Tengo hambre.